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El mercado eléctrico ecuatoriano actualmente atraviesa una delicada situación económica lo cual repercute directamente en la economía de los agentes miembros del mercado eléctrico mayorista. A raíz de que se extinguió el Instituto Nacional de Electrificación (INECEL) en marzo de 1999, se dio paso a un nuevo esquema que si bien, organizacionalmente está acorde a niveles internacionales, la gestión que en la mayoría de estas empresas se realiza no es la más adecuada.
En efecto, los niveles de pérdidas de energía ocasionado por las ineficiencias de las administraciones de las empresas de Distribución, quienes son el primer eslabón macro de esta cadena del negocio de electricidad, especialmente en el tipo económico, son tales que en algunos casos han llegado por valores sobre el 40%; ello incluyendo pérdidas tanto técnicas, no técnicas y de administración, ocasionando por tanto que estas empresas no perciban como ingreso lo que facturan. Adicionalmente se tienen otros factores que inciden en la economía de las empresas eléctricas como son: escasa recaudación, déficit tarifario, falta de definición del régimen de negocio de las empresas de distribución, falta de inversiones etc.
Esta situación es transferida a las empresas de generación quienes, a su vez, en el caso de las empresas termoeléctricas, transfieren esta deficiencia a Petro comercial. Pero el problema en sí radica desde el usuario final quien, conscientemente hace caso omiso a sus obligaciones afectando por tanto la economía de las empresas de distribución y por tanto afectando también la cartera del resto de empresas involucradas en esta cadena.
Si bien el negocio de la electricidad es muy rentable, para el caso del Ecuador éste no resulta tan bueno puesto que las distorsiones que existen como el déficit tarifario, perdidas de energía entre otras, conllevan a una iliquidez a los agentes del mercado eléctrico.
En el caso de ELECTROGUAYAS S.A., la facturación que se realiza a sus clientes no es efectivamente percibida, teniendo en el 2006 un porcentaje de recaudación de 20.03%; por otro lado, los pasivos que tiene la empresa son como consecuencia de la falta de efectivo, pero no superan la facturación, existiendo por tanto un saldo a favor de la empresa, el cual al final del 2006 fue de 9 millones de dólares. El no tener liquidez, conlleva a que la empresa tenga muchas limitaciones en cuanto a planes de expansión, muy necesario incrementar captación en el mercado.
Es por tanto necesario que se realicen las gestiones para establecer mecanismos de pago por parte de las empresas deudoras, exigir garantías de recaudación al gobierno (quien es el accionista a través del Fondo de Solidaridad) a través de la modificación del marco jurídico actual, nueva modalidad de contratos de energía donde se minimice el riesgo, despolitización del sector, entre otras. |
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